Hola, hola llegó el ansiado Halloween y había que hacer algo atractivo para los niños, así que pensé en unos cupcakes de monstruo comegalletas que siempre gustan mucho. Esta vez negros para la ocasión je, je, aunque hay que ver lo que cuesta dar el color negro! Ya lo había oído y sí es verdad tuve que ir poniendo colorante varias veces hasta conseguir un gris oscuro, luego con el reposo siempre oscurece más.
La verdad es que están muy buenos porque la base es una magdalena de Red Velvet y el frosting una cheesecream con cacao y claro la combinación es ideal.
Para hacer los monstruos es imprescindible poner el frosting en una manga pastelera con una boquilla 233 de Wilton que es la del césped, la que saca los hilillos finos. El colorante yo también lo uso de la misma marca en este caso negro para el frosting y rojo intenso para las red velvet, todo lo demás es de andar por casa, je, je.
Los ingredientes para 11-12 magdalenas son:
125 cl. de leche + 1 cucharada sopera de zumo de limón.
60 grs. de aceite de oliva suave.
160 grs. de azúcar blanco.
1 huevo.
1 cucharada de extracto de vainilla.
150 grs. de harina.
1 cucharada de postre de cacao puro.
1/2 cucharadita de café de colorante Red red de Wilton.
1/2 cucharadita de bicarbonato.
1 cucharada sopera de vinagre blanco.
Ponemos las cápsulas para magdalenas en un molde con cavidades.
Encendemos el horno a 180 grados.
Empezamos la receta poniendo el limón a la leche para que se corte y conseguir esa especie de buttermilk casera que necesitamos, hay que dejarlo 5 minutos reposando para obtener el resultado deseado.
Mientras mezclamos en un bol el azúcar con el aceite y lo removemos con una varilla, añadimos el huevo y la vainilla y lo incorporamos.
Tamizamos la harina y el cacao y lo incorporamos a la mezcla anterior combinándolo con la leche, ponemos la mitad de los ingredientes secos, la mitad de la leche, el resto de los secos y el resto de la leche.
Teñimos la mezcla con el colorante rojo hasta que consigamos un rojo vivo, luego con la cocción siempre se amortigua un poco. A parte en un vasito mezclamos el vinagre con el bicarbonato y se echa enseguida a la mezcla. Se remueve todo, se reparte en las cápsulas y al horno 18 minutos aproximadamente. Para cerciorarnos pincharemos una en el centro, si la brocheta sale limpia ya están.
Mientras se enfrían vamos a preparar el frosting, para ello necesitamos:
100 grs. de mantequilla a temperatura ambiente.
100 grs. de azúcar glas.
100 grs. de queso crema (tipo Philadelphia) bien frío.
1 cucharada de cacao puro.
colorante negro.
Ponemos a batir la mantequilla para airearla, añadimos el azúcar glas e incorporamos con cuidado para que no salga todo volando, batimos hasta que blanquee la mezcla y esté esponjosa.
Añadimos el queso crema frío y una cucharada de cacao puro tamizado para evitar los grumos y batimos hasta incorporarlo. Ahora vamos añadiendo colorante hasta que logremos un gris oscuro (como cemento ja, ja, ja) y lo metemos en la manga pastelera con la boquilla de césped.
Lo dejamos en la nevera para que la mantequilla se endurezca y coja cuerpo.
Ahora sólo queda decorarlas, se hace un corte en un lado y se mete una galleta y empezamos con la manga pastelera a hacer los hillillos de debajo de la boca, luego ya vamos haciendo los de encima y por toda la magdalena, colocamos los ojos de azúcar y monstruos terminados.
Al principio cuesta un poco porque el frosting está durito pero con la mano sobre la manga pastelera vamos moviéndolo un poco e irá saliendo.
Bye.
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