viernes, 30 de noviembre de 2018

PIADINAS.

Hola, hola ¿conocéis las piadinas? Son unas tortas italianas que se rellenan de lo que quieras y están de muerte. Tuve la suerte de probarlas en un mercado de  Bolonia y mi sorpresa fue encontrarlas en Mercadona y comprobar que realmente estaban igual de buenas.


Yo era muy fan de las tortillas (tipo mejicanas) para cenar porque son ligeras y rápidas de preparar, rellenas con pechuga a la plancha, guacamole, queso rallado y lechuga eran una de mis cenas fijas pero desde que he descubierto las piadinas ... la verdad es que ya no las cambio.


Las piadinas quedan crujientes y bien preparadas son una cena buenísima, hasta ahora las he probado con varios rellenos, por ejemplo berenjena a la plancha, jamón serrano, mozarella y rúcula pero hoy las he preparado de manera muy similar a las que probé en Bolonia para que las veáis en las fotos y he cambiado el fiambre porque aunque allí las comí con mortadela italiana yo las he hecho con pastrami que es un fiambre de ternera que està buenísimo.
La mozarella puede ser fresca pero tiene que estar muy bien escurrida porque si suelta agua la piadina ya no queda crujiente así que la mozarella rallada es una buena opción, como no tenía mucha la he mezclado con parmesano que le aporta mucho sabor.


Ingredientes para 2:
2 piadinas.
1 berenjena.
5 tomates secos.
1/2 cebolla.
4 ó 5 lonchas de pastrami.
Mozarella y parmesano.
Rúcula.
Orégano seco.


Partimos la cebolla en trocitos pequeños, pelamos la berenjena y la partimos también en trocitos pequeños y ponemos los tomates secos en remojo.
En una sartén con aceite de oliva sofreímos la media cebolla, cuando esté transparente ponemos la berenjena y la dejamos que se poche, cuando esté casi hecha se añaden los tomates bien escurridos y cortados, un poco de sal, no mucha porque los tomates suelen estar salados, y un pellizco de orégano.


Calentamos una piadina en una plancha hasta que esté doradita, se le da la vuelta y se pone la mitad del sofrito sobre una mitad de la piadina como en la foto.



Se añade el fiambre elegido.


Se le pone el queso por encima y se cierra, se va aplastando con una pala o cuchara de madera y dándole vueltas para que quede doradita.



Cuando se emplata se abre y se le añade la rúcula porque si se le pone antes puede amargar y ya la tenemos lista, ya veréis qué cosa más buena!


Bye.

viernes, 9 de noviembre de 2018

MADELEINES.

Hola, hola me he comprado unos moldes para hacer las típicas magdalenas de concha, ¿de ésas que van con mantequilla y están de muerte lenta? pues sí, de ésas ja, ja, ja. Además se pueden mojar en chocolate y ya son la pera limonera!, así que me he puesto manos a la obra y hoy que es fiesta (Todos los Santos) y no tengo ningún plan mejor las voy a preparar. Lo haré por la mañana porque quiero que la masa se refrigere unas horas y esta tarde las horneo.


He estado mirando recetas y veo que en todas pone que las madeleines francesas van con la mantequilla noisette, o sea tostadita hasta que huela a avellanas, como en los financiers.
La masa es muy parecida a la de un bizcocho de cuatro cuartos, lo que quiere decir que pesaremos los huevos que queramos utilizar y lo que pesen será la cantidad de harina, azúcar y mantequilla que usaremos. Por ejemplo si pesamos los huevos (sin cáscara) y pesan 225 grs. pues pondremos 225 grs. de azúcar, 225 de harina y 225 de mantequilla (aunque al calentarla y colarla luego haya menos cantidad).


Ingredientes que yo usé:
4 huevos que pesaron 225 grs.
225 grs. de azúcar.
225 grs. de harina.
225 grs. de mantequilla.
10 grs. de levadura (tipo Royal).
1 cucharada de extracto de vainilla.

Lo primero que prepararemos es la mantequilla noisette. Pesamos la mantequilla y la ponemos en un cazo al mínimo para que vaya derritiéndose y calentándose hasta comenzar a hervir lentamente, la dejaremos entre 15 y 20 minutos hasta que veamos que empieza a tostarse y a oler a avellanas.


La retiramos del fuego para que no se queme, la colamos y la dejamos que se atempere.


Batimos los huevos con el azúcar y la vainilla hasta que espumen, añadimos la harina con el impulsor tamizados y removemos hasta que no veamos nada de harina. Añadimos la mantequilla a temperatura ambiente en hilo mientas removemos hasta incorporarla.
Tapamos con un film a piel, o sea, tocando la masa para que no forme película y lo metemos en la nevera unas horas.


Encendemos el horno a 200 grados con calor arriba y abajo.
Engrasamos los moldes, yo pinté uno con mantequilla fundida y el otro con mantequilla fundida y enharinado para ver cuál desmoldaba mejor pero da lo mismo, hay que esperar a que enfríen bien y se desmoldan bastante bien los dos.


Vamos poniendo la masa con una cuchara sin llenar demasiado o nos desbordará después. A mí me salieron 2 tandas, en total 36 madeleines.
Las metemos en el horno y lo bajamos a 180 grados y las tenemos 10-12 minutos o hasta que veamos los bordes doraditos.


Las sacamos del horno y las dejamos que se atemperen sobre una rejilla, cuando estén frías las desmoldamos y preparamos el chocolate para mojar las puntas. Yo fundí 100 grs. de chocolate para postres blanco y a parte 100 grs. de chocolate con leche de cobertura.


Fui mojando las puntas, escurriendo bien el chocolate sobrante y dejándolas sobre un papel encerado para que el chocolate se enfríe, y nada a disfrutaaar!


Bye.


viernes, 19 de octubre de 2018

LASAÑA

Hola, hola acabo de llegar de mi viaje a Italia, hacía mucho tiempo que me apetecía conocer Bolonia y la verdad es que no me ha defraudado, es una ciudad preciosa, toda aporticada, dicen que tiene 40 kms. de porches! Con una plaza mayor divina y sus 2 torres tan características. También hemos visitado Florencia que es una pasada, algo masificada pese a ser Octubre, pero bueno es tan bonita que es normal que todo el mundo quiera visitarla.
Bueno, el caso es que me he vuelto sin probar la lasaña, fuimos a una trattoria y resulta que sólo la hacen en domingo como manda la tradición en Bolonia (eso ponía en la carta) y nosotros volvíamos antes, así que como me quedé con las ganas he decidido hacerla yo para comer el domingo, como manda la tradición en Bolonia ja, ja, ja.


La lasaña es un plato que no es muy complicado de hacer pero lleva su tiempo porque hay que preparar dos salsas: la boloñesa para el relleno de las capas y la bechamel para cubrirlo todo y gratinar.
Si se puede yo recomiendo preparar la boloñesa el día antes y además de que está más buena luego tienes la mitad del trabajo adelantado.
La pasta que uso es una precocida porque así sólo tengo que tenerla a remojo (unos 30 minutos) mientras preparo la bechamel y no tengo que hervirla y estar pendiente de ella. Pero otra opción es comprarla fresca que se cuece muy rápido.

Ingredientes para 6 personas:
1 kg. de carne picada (yo pongo mitad cerdo, mitad ternera).
1 zanahoria.
1 cebolla.
4 tomates rallados, como eran pequeños añadí un bote de tomate casero.
Vino blanco (aunque puede ser tinto).
Sal, pimienta, orégano, perejil fresco y azúcar.
Un brick de 200 grs. de tomate frito.


Empezamos cortando en brunoise la cebolla y rallamos la zanahoria. El tomate se puede utilizar de lata triturado o rallarlo nosotros. Yo rallé 4 ó 5 pequeños y añadí un bote de los que hace mi madre cuando coge los tomates de la huerta.
Ponemos una olla grande al fuego con aceite de oliva y ponemos la cebolla a sofreír hasta que cambie de color y la veamos transparente, entonces añadimos la zanahoria y le damos unas vueltas.


Ponemos la carne y salpimentamos, lo dejaremos sofreír todo junto unos 15 minutos removiendo constantemente para que no se pegue.


Añadimos el vino y dejamos a fuego vivo para que evapore el alcohol.
Añadimos el tomate y removemos, bajamos el fuego y lo dejamos 30 minutos removiendo de vez en cuando.


A mitad de cocción añadimos el orégano y probamos para rectificar de sal y pimienta y con un poco de azúcar corregimos la acidez. Al final se añade el perejil picado. Y ya la tenemos, como veréis no he puesto el brick de tomate frito y es que lo pongo cuando voy a montar la lasaña porque el sofrito de un día para otro está más sabroso pero se queda un poco seco entonces le añado el tomate frito y se queda perfecto.
Si lo hacéis el mismo día lo añadís al final y lo dejáis que enfríe para poder montarla sin dificultad.


Para montar la lasaña:
Ponemos las placas a remojo en agua caliente durante 1/2 hora más o menos, yo usé 16 para hacer 4 capas.
Para la bechamel:
40 grs. de mantequilla.
1 chorrito de aceite (sólo para que no se queme la mantequilla).
40 grs. de harina.
450 grs. de leche.
Sal, pimienta blanca y nuez moscada.
Calentamos la leche en el microondas y mientras tanto ponemos una sartén grande al fuego con la mantequilla con un chorrito de aceite, añadimos la harina y la sofreímos. Añadimos la leche caliente toda de golpe mientras removemos enérgicamente para que no se formen grumos, salpimentamos y ponemos un poco de nuez moscada. Removemos constantemente hasta que veamos que tiene el punto de espesa que queremos.
Vamos sacando las placas del agua y las ponemos sobre un paño de cocina limpio para que escurran.


Encendemos el horno a 200 grados.
Ponemos un poco de aceite en la base de la bandeja donde vamos a montarla, para que la pasta no se pegue al fondo, y repartimos con un pincel. También se puede hacer con un poco de bechamel.


Cubrimos el fondo con láminas de pasta y ponemos por encima una capa de la salsa boloñesa, otra capa de pasta y otra de sofrito hasta acabar el sofrito.



Acabamos con una capa de pasta y la cubrimos con una capa de bechamel.


Rallamos un poco de parmesano por encima (lo tengo recién traído de Bolonia je, je) y la metemos en el horno a media altura unos 30 minutos o hasta que esté doradita ... y lista para comer!



Y ya sabéis si el domingo no sabéis qué hacer para comer ésta es una buena opción, ahora ya sabéis que lo manda la tradición en Bolonia ja, ja, ja.


Bye.

viernes, 7 de septiembre de 2018

BUNDTCAKE DE TÉ MATCHA Y CACAO.

Hola, hola esta receta está pensada y dedicada a una persona muy especial, es una amiga que pasa por un mal momento de salud. Cuando uno pasa por un mal momento de salud es cuando se da cuenta que los otros "malos momentos" se quedan en simples anécdotas y que con salud todo se supera, por desgracia sé muy bien de qué hablo, pero bueno lo dejo aquí, hay mirar siempre hacia adelante y para atrás ni para coger impulso.


Compré un bote de té matcha y la verdad es que no le había dado mucho uso pero este cake ha quedado tan bueno que lo ha sacado definitivamente del fondo del armario je, je, el sabor de la mantequilla y la vainilla hacen un tándem perfecto con el té y el cacao lo acaba de redondear.
El formato se puede cambiar sólo hay que dejarlo más o menos tiempo en el horno. De hecho la primera prueba que hice fueron unos minimuffins que además llevaban un topping de avellanas.


El té matcha es un antioxidante superpotente, dicen que una taza de té matcha contiene los antioxidantes de 10 tazas de un té verde común, esto se debe a que al ser un té pulverizado se consumen sus hojas mientras que los otros sólo se infusionan y las hojas se desechan.
Es un excelente quemador de calorías, combate el colesterol y el azúcar en sangre, y también es antiinflamatorio.

Ingredientes:
3 huevos.
125 grs, de mantequilla.
190 grs, de azúcar.
1 cucharada de esencia de vainilla.
200 grs. de harina.
10 grs. de levadura Royal.
5 grs. de té matcha.
1 pellizquito de sal.
120 grs. de leche.
2 cucharadas (de postre) de cacao puro.
20 avellanas tostadas (opcional).
Azúcar glas (opcional).

Batir la mantequilla con el azúcar hasta que blanquee y se esponje.
Añadir los huevos 1 a 1 e ir batiendo para incorporarlos.


Añadir la vainilla.
Tamizar la harina, el impulsor (Royal) y la sal. Añadir la mitad a la mezcla anterior removiendo con una espátula de silicona, ahora la mitad de la leche y así con los ingredientes secos y el resto de la leche.


Cuando esté todo mezclado y sea una crema fina y sin grumos se divide en dos, a una mitad se le añade el té matcha, a la otra el cacao y se remueve hasta incorporar.



Se enciende el horno a 200 grados, calor arriba y abajo.
Se elige el molde, yo en este caso he elegido uno de bundt cake que queda muy vistoso pero eso es lo de menos, cualquiera sirve je, je.
Lo pincelé con aceite para garantizar un desmoldado perfecto.


Se pone primero la masa con té y luego la de cacao y con una brocheta se hacen remolinos para que se mezcle. Se mete al horno caliente, yo éste lo tuve 40 minutos a 180 grados pero los minimuffins los tuve 18 m.


Cuando esté listo se saca del horno y se deja atemperar sobre una rejilla, hay que tener paciencia para desmoldarlo y que salga bien.



Cuando está totalmente frío se espolvorea con azúcar glas, si se desea y ya está, ya tenemos un cake diferente y buenísimo.


Bye.

viernes, 31 de agosto de 2018

VICHYSSOISE.

Hola, hola hoy vengo con una receta sencilla, barata y que en casa nos gusta tanto que la hacemos una semana sí y otra semana hay veces que también, con la ventaja de que en verano, fresquita de la nevera está de vicio y en invierno la tomamos calentita tan ricamente je, je.


Esta crema se hace con puerros y patatas pero a mí me gusta ponerle una zanahoria porque le aporta un puntito dulce muy agradable y luego suelo poner un trocito de calabacín o cebolla, eso ya depende de lo que haya por la nevera je, je.
También lleva un lácteo antes ponía nata, después con el fin de aligerarla la hacía con leche evaporada pero ahora le pongo leche semidesnatada y está buenísima y queda superligera.
Hay que tener en cuenta que si la queremos fría hay que hacerla con antelación para que se atempere y luego meterla 2 horas en la nevera como mínimo.

Ingredientes para 6 personas:
1 puerro grande.
1 zanahoria.
1/2 cebolla.
1/2 calabacín (opcional).
4 patatas medianas.
Mantequilla y aceite de oliva.
Agua, leche, sal y pimienta blanca.
Media pastilla de caldo de carne concentrado.




Se prepara la verdura lavándola muy bien y pelándola.
Se corta todo a trocitos pequeños para acortar la cocción.


Se pone una olla al fuego con un chorro de aceite de oliva y una nuez de mantequilla. Se va incorporando la verdura cortada y las patatas y se rehoga durante 5 minutos. Se le pone sal y un poco de pimienta blanca.


Se añade agua para cubrirlo todo y que sobrepase las verduras porque tiene que hervir media hora o hasta que esté todo cocido, y la pastilla de caldo.


Cuando la patata ya está blandita se añade un vaso grande de leche y se arranca de nuevo el hervor. Se rectifica de sal y de pimienta blanca.


Se tritura hasta quedar muy fina, con batidora o si tenéis un robot, se puede pasar por el chino para dejarla superfina.
Como normalmente con la batidora de brazo se le introduce aire veréis que tiene muchas burbujitas, se pone de nuevo al fuego y al hervir desaparecen.


Cuando ya la sacamos del fuego definitivamente se le añade una nuez de mantequilla y ya la tenemos lista, si es invierno se sirve y a comer, si es verano hay que dejarla atemperar y cuando esté a temperatura ambiente se mete en la nevera para servirla bien fresquita.


Bye.