Hola, hola me encantan las terrinas y los patés de campagne, sí esos donde se ven los trocitos de carne e hígado, cuando viajo a Francia no pierdo la ocasión de probarlos porque allí los hacen muy buenos. Normalmente suelen ser muy grasos pero cuando vi esta receta en Canal Cocina supe que tenía que probarla y me ha encantado porque no está nada pesado y según pasan los días va ganando sabor, ah! y cunde muchísimo.
Me encanta tomarlo con tostaditas recién hechas con mantequilla y acompañado de pepinillos agridulces, es que es la bomba!
La carne se la pedí a mi carnicero favorito, desde quí un saludo a mi amigo Blanco que estos días de confinamiento nos está cuidando especialmente bien, y me picó 200 grs. de panceta junto con 500 grs. de muslos de pollo (sin huesos ni piel, o sea medio kilo de carne limpia) y a parte los hígados de pollo que me gusta ponerlos a trocitos para encontrarlos después, pero se pueden picar junto con la carne.
Lo que sí que cambié de la receta original fue la temperatura del horno porque 120 grados me parecía muy poco para el molde que yo usé y lo tuve más de una hora a 170 grados y al baño María.
Ingredientes:
200 grs. de panceta con 500 de muslos de pollo todo picado.
200 grs. de hígados de pollo.
Media cebolla y 1 diente grande de ajo.
1 huevo.
50 grs. de leche evaporada.
50 grs. de brandy.
20 grs. de vino dulce tipo jerez.
Sal.
especias al gusto, yo puse:
pimienta negra recién molida y nuez moscada molida,
6 ó 7 clavos de olor y semillas de cilantro majado en mortero.
Lo primero que hice fue poner la cebolla y el ajo en la picadora y triturarlo.
Después mezclé la carne picada, los hígados a trocitos (los corté con tijeras), los vinos, la leche evaporada, el huevo batido, la sal, la cebolla y el ajo picados y las especias, sobretodo bien de pimienta y le mezclé todo con una lengua de silicona. Lo tapé con un film y lo dejé en la nevera 2 horas para que se mezclen los sabores.
Al cabo de 2 horas,encendí el horno a 170 grados con una fuente con agua para meter el molde después.
Preparé el molde con papel de horno y pintado con aceite de oliva.
Puse la mezcla en el molde, lo apreté bien y lo tapé con papel de aluminio. El molde lo metí en la fuente con agua y lo tuve a 160-170 grados unos 70 minutos. Quité el papel de aluminio y lo pinché en el centro como la brocheta ya salía seca apagué el horno y lo dejé que perdiera el calor con la puerta entreabierta.
Cuando lo saqué del horno hizo mucho líquido, lo tiré y ya lo volqué en una fuente para que se quedara a temperatura ambiente y poder meterlo en la nevera. Hay gente que le pone peso encima cuando lo saca del horno pero yo no lo hice y quedó bien.
Necesita una noche en la nevera como poco para que se asiente y se potencien los sabores, después cada día que pasa está mejor.
En casa como sólo somos dos lo hemos estado comiendo de aperitivo o de segundo plato casi una semana, je, je, pero se puede congelar.
Bye.
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