He hecho esta receta y voy a servir la mitad, lo acompañaré de la ensaladilla de marisco y comeremos de pica-pica y así ya no resultará tan heavy je, je. La otra mitad irá al congelador que después me vendrá la mar de bien.
Esta receta es de un plato típicamente francés, de la región de Borgoña, principalmente lleva mucho vino tinto (cuanto mejor sea el vino, mejor estará la salsa), panceta salada y champiñones.
Hay que poner a macerar la carne en el vino desde la noche anterior y después aprovechar ese vino, yo tenía un Berberana carta de plata por casa, un Rioja normalito que para este guiso me pareció ideal.
En algunas recetas junto con la carne también se maceran las verduras y especias pero yo lo he probado de las dos maneras y prefiero macerar sólo la carne porque sino queda demasiado fuerte.
Los franceses usan mantequilla para cocinar pero yo lo he hecho con aceite de oliva virgen que en casa nos gusta más y es más sano.
Los ingredientes que he utilizado son:
1.200 grs. de morcillo (garreta) de ternera.
3 lonchas de panceta salada.
1 botella de vino tinto.
1 puerro.
3 zanahorias.
2 cebollas medianas.
3 ajos.
12 champiñones medianos.
1/2 pastilla de caldo de carne.
1 cucharada de harina.
2 cucharadas de tomate frito.
1 pastilla de sacarina.
Sal.
20 bolitas de pimienta en grano.
4 clavo de olor.
2 hojas de laurel y 1 ramita de tomillo.
Lo primero es poner a macerar la carne cortada en trozos medianos con el vino toda la noche en el frigorífico.
Al día siguiente se sacan los trozos de carne a un plato en el que habremos puesto dos hojas de papel de cocina para que se escurra y con otra podemos secarla un poco por encima. El vino se reserva para después colarlo y añadirlo al guiso.
Se corta la panceta a daditos.
Se prepara toda la verdura, se lava y se corta a rodajas no muy finas porque va a hervir bastante y sino se va a deshacer.
Se preparan las especias para que no se nos olvide nada.
Se pone una olla al fuego, yo usé la olla rápida para no tener que esperar 3 horas, con un buen chorretón de aceite y se sofríe la panceta. Una vez dorada la retiramos a un plato. En ese mismo aceite vamos sellando la carne y sacándola al plato una vez esté dorada.
Cuando terminamos con la carne ponemos la cebolla, el puerro, los ajos y las zanahorias y les damos una vuelta. Añadimos el tomate frito.
Aprovechamos para desglasar la olla si tiene trocitos que se han pegado en el fondo, ponemos sal y la cucharada de harina, se remueve todo y se añade toda la carne y la panceta con el jugo que habrá soltado en el plato. Se cuela el vino en la olla y se añade 1/2 litro de agua, media pastilla de caldo concentrado de carne y las especias (laurel, pimienta, clavo y tomillo).
Ahora hay que esperar a que hierva para desespumar quitando las impurezas que vayan por arriba en el caldo, una vez hayamos desespumado el caldo se cierra la olla y yo la tuve 50 minutos desde que empezó a salir el vapor.
Mientras lavé, troceé los champiñones en cuartos y los salteé en una sartén con un chorrito de aceite de oliva para añadirlos a última hora.
Cuando apaguemos el fuego y haya salido el vapor se abre la olla, se prueba y normalmente se rectifica de sal, la acidez del vino se contrarresta con una pastilla de sacarina o una cucharada de azúcar, y se añaden los champiñones bien escurridos.
Si hay mucho caldo, como en mi caso, se pone a fuego fuerte sin la tapa para que reduzca el caldo y se forme esa salsa divina!
La mejor forma de comerla es acompañada con un buen puré de patatas, pero también está muy buena con patatas fritas o pasta hervida como me la sirvieron a mí en Chartier, un restaurante de París que me encanta.
Y la que me sobró al congelador!
Bye.
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