Hola, hola ha sido el cumpleaños de mi sobrina y cuando le pregunté qué tarta quería este año me dijo que la misma del año pasado, una de queso tipo Philadelphia. Como topping una mermelada casera de fresas que como están de temporada ha sido "la guinda del pastel" je, je.

La tarta es super fácil de hacer y para verano es ideal porque no necesita horno. Lleva una base de galleta desmenuzada y mantequilla fundida, las galletas podéis poner las que os gusten tipo digestive o Marías pero a mi sobrina le encantan las Lotus así que las mezclé con digestive y quedó genial.
El toping lo hice con fresones porque estamos en temporada pero se puede hacer con fruta congelada o simplemente diluyendo en un cazo al fuego mermelada de lo que más os guste con un poco de agua y añadirle al final dos hojas de gelatina hidratadas en agua fría.
Ingredientes para un molde de 20 cms.
Para la base:
125 grs. de galletas (yo mezclé 50 grs. de digestive y 75 grs. de lotus).
60 grs. de mantequilla fundida.
Para la tarta:
500 grs. de queso crema.
400 grs. de nata para montar.
1 yogur griego natural sin azúcar.
100 grs. de azúcar.
Unas gotas de esencia de vainilla.
6 hojas de gelatina (7 grs.)
Para la cobertura:
300 grs. de fresones.
125 grs. de azúcar.
2 hojas de gelatina.
Lo primero es preparar el molde de 20 cms. desmontable, para ello le pongo un papel de horno en la base y se puede poner un círculo de acetato pero no es imprescindible, después pasándole una puntilla se desmolda perfectamente.
En una picadora se trituran las galletas (o con una bolsa de plástico y un rodillo o maza, sirve igual) y se mezclan con la mantequilla fundida. Con la mezcla se forra la base del molde y se chafa con el dorso de una cuchara o el culo de un vaso hasta que quede nivelada y compacta y se guarda en la nevera.
Ahora preparamos la tarta en sí, lo primero es poner la gelatina en agua para que se hidrate.
En una cazuela vamos poniendo a calentar la nata, el queso crema, el azúcar, el yogur y la vainilla y removemos hasta diluirlo todo y que se quede una crema lisa y brillante, no hace falta que hierva.
Cuando esté la crema lista se escurre la gelatina y se incorpora removiendo hasta que se disuelva.
Sacamos la base de la nevera y volcamos la mezcla sobre un colador en el molde.
Se deja atemperar y cuando esté a temperatura ambiente se mete en el frigorífico un par de horas mínimo para que la tarta coja cuerpo. Mientras vamos a preparar el topping.
Lo primero es poner dos hojas de gelatina en agua para que se hidraten. Lavamos las fresas y les quitamos el pedúnculo, las vamos cortando en un cazo. Añadimos el azúcar y lo llevamos al fuego. Cuando empiece a hervir los fresones soltarán su agua y tras unos 20 minutos quedará una mermelada perfecta, así y todo a mí me gusta triturarla con la batidora de brazo. Añadimos la gelatina bien escurrida, removemos y colamos para que quede bien lisa. Reservamos.
Cuando la tarta esté cuajada, la sacamos y repartimos por encima la mermelada que hemos hecho y a la nevera de nuevo hasta hora de comerla. Es así de fácil y ya sólo falta desmoldarla y servirla.
Está delicious os lo aseguro.
Bye!
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